Si tuviera que describir en un breve texto nuestra historia, primero no podría ser breve, segundo tendría que escribirlo con sangre y al final, después de maldecir a la vida durante un buen tramo… terminaría con un “por eso… Gracias”.
La vida fue muy injusta con nosotros, lo sabíamos desde que nos conocimos, luchamos contra esa injusticia y creímos que ganamos, quizá fuimos arrogantes, nuestro triunfo tenia sabor a miel y a rosas, nuestra vida sin embargo no fue tan maravillosa como lo soñamos en el cuento de hadas, la mayoría de las cosas que nos unieron fueron tragedias, dolor y malas experiencias; tus errores del pasado nos persiguieron, mi inexperiencia e incapacidad para olvidar, mi profunda tristeza, tus miedos e incapacidad de comunicar tus sentimientos, mi angustia y zozobra en la que me sentía tan cómodo… tan yo mismo; quizá simplemente no era el momento adecuado, no en esta vida, no de esta forma; y quizá fue la experiencia mas injusta de nuestras existencias, la experiencia mas amarga de luchar contra corriente y al final… al final ahogarse…
Pero si tuviera que cambiar algo no lo haría, no cambiaria ni una sola de las sonrisas, ni uno solo de los logros, ni uno solo de los momentos hermosos que brillan como perlas en medio de la oscuridad y que nos hacen lo que somos hoy. Al final dicen que cualquier experiencia es una experiencia enriquecedora, que en vivir, en llorar y en sentir radica la magia de vivir… si es así solo podría calificar lo que fuimos de MÁGICO; por que sentí cada emoción, viví cada momento y sentí desde lo mas profundo de mi corazón… sentí hasta ya no sentir mas, hasta agotarme, hasta morir un poco por dentro… no cambiaria siquiera el hecho de que en mi enfermizo propósito de no dejar cabos sueltos y de cerrar apropiadamente mis ciclos quizá hice esto mas difícil para los dos. Pero en la vida se cumplen ciclos… este ciclo se cierra hoy… se cierra con estas ultimas palabras… se cierra recordando lo bueno… por eso… Gracias.
Adrián