En mi dualidad es imposible seguir el consejo
sabio y estúpido de: “quédate con lo bueno”. En mi dualidad y mis ganas de
desahogo es imposible escuchar solo la voz que dice: “recordando lo malo se
sufre menos” en mi dual y enferma naturaleza oscilante no puedo ir más que de
aquí para allá bailando en una agonía cruel y desesperada; desesperada como
desesperado está mi corazón intentando poner puntos finales a lo que debió
haber continuado para siempre en mis planes, porque para mí terco corazón las
historias como esta no deberían tener nunca final, el agua debería ser siempre
fresca y ser felices para siempre y nunca decirse “adiós”.
Las despedidas son procesos largos, mucho más
de lo que se piensa. Empiezan con un desgaste, llegando a su punto más álgido en
el rompimiento y concluyendo con un adiós. ¿Cómo es posible que jamás hayas
pronunciado frases tan simples como “eres lo mejor que me ha pasado”, “eres el
amor de mi vida” o “no podría estar sin ti”? para mí la respuesta es muy
sencilla: si no las dijiste, es porque no las sentías. ¿Entonces para que vagar
tanto? Entonces ¿para que caminar durante tanto tiempo el camino con alguien
que no encendía en ti lo suficiente la llama del amor verdadero? Solo puedo pensar
en tu sonrisa dulce e inocente, la mirada como la de un perrito triste; haciéndome
creer que podía estrecharte entre mis brazos, protegerte del mundo y hacer de
tu vida una antes y una después de conocerme. ¡Cómo te odio por esa mentira! Porqué
sé que nunca te sentiste así, porque sé que siempre te quisiste comer al mundo
en dos mordiscos pero eras, eres y serás siempre un hipócrita que prefiere ir
por la vida con cara de víctima y quedando ante todos como “la mejor persona”
incluso a mí me engañaste… incluso yo que siempre me creo muy astuto aun creo
que lo que acabo de escribir es injusto y sin fundamentos… aun después de todo
esto quiero justificar tus actitudes, atesorar tus sonrisas y recordar tus
abrazos.
Debería de aquí en adelante dedicar mi amor a
quien se lo merece y tú no te lo mereces. En ningún momento valoraste a quien tenías
al lado, no te diste cuenta de que soy a prueba de todo, indestructible y un puerto
seguro. Una persona que vale mucho y que puede ser lo mejor que nunca vaya a
pasarte en la vida; una persona a quien puedes mirar a los ojos y sentir que puedes sentirte seguro... aquí está... para ti. Una persona a la que solo puedes destruir desde adentro...
y así pasó… me quedé llorando desconsolado a la luz
de la luna, mirando viejas fotos y repasando viejos recuerdos; llorando desconsolado deseando dormir
y despertar en otros tiempos; deseando morir y desaparecer por completo de este
mundo que creí que construimos juntos, que creí que construí para ti. Llorando desde
lo más profundo de mi corazón. Llorando como si hubiera muerto alguien muy
importante para mí, alguien a quien no vería más y que extrañaría desde lo mas profundo de mi ser… tú… y quizás yo.
No te mereces ni una lagrima, no te mereces ni
una palabra y aquí estoy escribiendo y derramando todo esto en mi enferma y
obsesiva oscilación que no me deja ni un segundo. No te mereces un recuerdo, porque
no son importantes para ti como lo son para mí. ¡Porque nunca los valoraste! ¡Porque
nunca los quisiste! ¡Porque nunca te importaron! ¡No como a mí!. Nunca fui tan importante
para ti como tú para mí…
Es triste ver que no puedo “quedarme solo con
lo bueno” yo soy lo que soy y tú eres lo que eres… eso es en un principio lo
que nos unió… y al final lo que nos separó. Esperarás que cada día te necesite
menos, pero eso no ocurrirá, tú sinembargo dejas claro que no me necesitas en lo absoluto; Esperarás que cada día esto que plantaste
en mi corazón se muera un poco más; a pesar de que lo mataste durante mucho
tiempo. Esperaras que alguien más me diga lo que tú nunca dijiste, sienta lo
que tú nunca sentiste y haga lo que tú nunca hiciste estúpido mediocre sin
agallas.
Es aún más triste no poder “solo ver lo malo
para hacerlo más fácil” por qué las sonrisas, los abrazos, los besos y las
largas conversaciones junto al mar se quedarán en mi corazón; la complicidad,
el esfuerzo y los logros, la felicidad, los dulces y las asfixiantes noches de
verano vivirán para siempre en la memoria de lo que eres para mí; aunque solo
haya sido una alucinación producto de mi necesidad de amor… y todos esos
instantes indelebles en mi memoria me sacan aún más lagrimas que los momentos
malos y me transportan a la locura de la que quería escapar.
Las despedidas son procesos más largos de lo
que se piensa… son aún más largos cuando no se quiere decir adiós.