miércoles, 2 de octubre de 2019

2019 parte 2


Abril llegó como el frio, recordándome que hacia meses que todo había pasado y aun no se veía la luz al final del túnel, sentirse solo es algo extraño, sentirse que el mundo cambió y te dejó atrás es una sensación nueva, yo nunca la sentí antes… simplemente fue muy duro, pero el paso de las semanas y la huella de la rutina hicieron que cada vez menos días me levantara llorando a las 4 de la mañana, en realidad solo falte al trabajo una sola vez… el resto de los días simplemente limpiaba mis lagrimas y salía como todas las mañanas a enfrentarme al mundo… pero era un mundo diferente… el mundo perdió su color, el mundo perdió sentido, el mundo perdió lógica… o eso creía.

La realidad fue aun mas aterradora. Por un momento entré en pánico, el mundo seguía igual, solo yo había cambiado, yo no era capaz de ver los colores, de oler los olores, de sentir el viento en la cara, no era capaz de emocionarme, de sentirme bien, de querer algo, de luchar por algo, de buscar algo… perdí todas esas capacidades pero el pánico pasó muy pronto… de verdad… me daba lo mismo sentirme así… en realidad no me importa… así es cuando estas muerto, nada importa ya, no hay por qué asustarse… simplemente esto es la “vida” ahora.

Pero parece que los muertos siguen cumpliendo años y llegó mayo y con el mis 36 y con ellos nada más… fue un cumpleaños diferente, triste y me faltó demasiado tu felicitación ya aprendí a disimular mejor, a sonreír para afuera harto de los “¿que tienes?” durante ese tiempo recuerdo que te escribí un correo más… uno de tantos obviamente sin respuesta, no se siquiera si leíste alguno o si se estarán aun empolvando en el buzón. Que triste es enviar cartas a la nada, no puedo hablar más de mayo traté de suprimirlo de mi cabeza, no hay nada que quiera recordar, no hay nada que quiera rescatar.

Junio fue un poco mas tranquilo, hasta la tormenta mas fuerte debe de amainar, hasta el ventarrón mas fuerte debe ceder en el algún momento muchas cosas van quedando atrás, pero muchas otras te das cuenta que quedaran para siempre como cicatrices… en mi caja los restos de entradas a conciertos, de recuerdos, de tarjetas… y me siento extraño siento que dentro de mi corazón ya no hay un gran dolor, fue sustituido por una infinita tristeza… así es… soy un cuerpo nadando en un mar de pena… a la deriva… no siento nada… floto y… siento pena… suspendido en medio de los recuerdos… incluso los mas lindos… sonrió… recuerdo… soy feliz… después las lagrimas brotan al pensar que esto no es hoy… es ya ayer… es ya antes de ayer… es ya hace semanas… meses… se hace de noche en ese inmenso mar… no brilla una sola estrella… solo floto a la deriva dentro de mi propio corazón. Imaginando que no ha pasado nada, que aun te abrazo mientras dormimos y la lluvia suena afuera de esa ventana del lugar que hoy ya no existe, la luz de los edificios se cuela por la cortina de bambú… te ves apacible… aun es muy temprano para despertar y solo te beso la frente.

lunes, 30 de septiembre de 2019

2019 primera parte


Estamos solo a un par de meses de terminar este año 2019, no puedo siquiera creerlo, es increíble que me sorprenda aun en tardes frías como está llorando por ti. He pasado por muchas etapas, pero siento que no han sido para avanzar, solo estoy en un ciclo interminable, solo estoy dando vueltas por que esto… este dolor en el que vivo es mi vida ahora. Puedes decirme en la cara “tú te lo buscaste” puedes no sentir nada al escuchar esto después de tanto tiempo… pero lo sabía de siempre, era claro para mi desde un principio, te amaré por siempre.

En enero, perdí al amor de mi vida… no lo perdí… el me dejó… la vida lo puso en la posición de elegir entre volver a mi o cambiar el rumbo… y decidió cambiar.

Te admiro por tu valor, yo jamás hubiera tenido la fuerza para decirte adiós, no pude hacerlo en varios intentos, no pude hacerlo nunca… al principio de este año tu dijiste adiós, pero yo no… yo me quedé aquí, por un momento creí que suspendido en el tiempo, pero fue aún más cruel que eso, el tiempo sigue pasando por mi vida, por mi cuerpo, por mi mente, por mi alma; lo único que se quedó congelado fue mi corazón, ese tonto que en enero se partió en millones de pequeños fragmentos, pedazos de cristal, polvo de sueños, pequeñas, minúsculas estrellas. Fragmentado por una bala disparada desde tu dedo índice, una explosión que penetró mi pecho y con perfecta trayectoria atravesó mi corazón, en la pared, sobre la acera, sobre los autos, sobre los arbustos, sobre las escaleras de la universidad quedaron esparcidos los pedazos de mi corazón, mi sangre, mis sueños y mis ilusiones tiñendo de rojo una calurosa mañana de sábado.

Febrero llegó no sé cómo, aprendí a respirar sin aire, aprendí a llorar por dentro y sonreír por fuera, alguna vez te dije que sería solo un alma en pena sin ti y no exageraba viví verdaderas experiencias extra-corpóreas; era demasiado difícil ser yo, mi mente se escapaba para tratar de sobrevivir, juro haberme visto desde la puerta de mi cuarto a mí mismo tirado en la cama, llorando y gritando contra la almohada. Sufriendo y retorciéndome por este dolor, cuando tu mamá me dijo “tienes que estar tranquilo, ya se fue… espero que puedas encontrar a alguien más” tuve que volverme un poco loco, tuve que volverme un poco fantasma, tuve que desconectarme, tuve que perderme un poco para no morir completamente pero… cada día me convenzo más de que morí en febrero del 2019 era lógico, sabía que no aguantaría mas de un par de semanas sin ti.

Marzo es el mes que todos odian, pero no puedes odiar algo cuando ya estás muerto, algo en mi cambió para siempre, cuando me miro en el espejo no soy yo; es natural, no soy el mismo, una parte de mí se fue contigo, incluso si suena trillado. 

Debo decirte que conocí a alguien, un alma igual de sola y triste que la mía; en muchos aspectos me recuerda a ti, pero la soledad no une, la tristeza no construye y simplemente fue una especie de triste sensación de que nadie eres tú, de que nada es igual; un recordatorio de que tu pudiste reemplazarme pero yo a ti jamás, por que eras único. Por qué ahora solo vives en mi pasado, en una esquina de mi mente que camina por San Diego y te ve pequeño con tu chaqueta beige y aun piensa “que criatura más hermosa!” que recuerda ese columpio y esa bodega, que recuerda esas miradas en el reflejo de la ventana… mi alma escapa a esos bellos recuerdos tratando de no ensuciarlos de ilusión, tratando de mantenerlos vivos… pero la línea es muy delgada… quiero ir a vivir ahí, quiero escapar y vivir en esos días cuando todo era más simple quiero un imposible y mientras más lo quiera más dolerá mas me acercará al borde de la locura.

domingo, 19 de mayo de 2019

Maldita tristeza


Maldita tristeza que te aísla, que no te deja ver que quizás somos la última esperanza el último del otro.

Maldita tristeza que no me permite contestar el teléfono a mi mejor amiga por que no podría explicarle a ciencia cierta porque estoy llorando un domingo a las siete de la noche solo entre mis luces.

Maldita tristeza que me impide olvidarte del todo y siempre vuelves a mi cabeza y mi corazón haciéndome llorar desde lo más profundo de mi alma al darme cuenta que el tiempo no se puede echar atrás.

Maldita tristeza que me hace creer que si tomáramos uno la mano del otro podríamos salir de estar juntos construyendo algo hermoso; la misma que te hace creer a ti que tomarnos de las manos podría ser el peor desastre para ambos.

Maldita tristeza que me hace no poder escuchar las canciones que oíamos juntos.

Maldita tristeza que me hace odiarte por razones que no entiendo muy bien… quizás las mismas razones no muy claras por las que creí amarte alguna vez.

Maldita tristeza que es el único vestigio de que aun siento algo.

martes, 14 de mayo de 2019

La pieza faltante:


Así me desperté esta mañana y con la mano derecha hice lo que tantas veces me sorprendo haciendo pensando en ti, mientras con la izquierda temerosamente alcancé mi pecho a la altura de mi corazón.

Sentí mi corazón resquebrajado como ha estado desde que te fuiste. Lastimado y algo húmedo aun de la sangre que no parece dejar de brotar jamás. Pude sentir cada fragmento en que está roto; es como el cristal de un parabrisas, solo una película misteriosa aun hace que los pedazos se mantengan unidos pero puedes sentir que, al pasar la mano sobre él, pequeños pedazos hacen micro heridas en las yemas de tus dedos: que punzan, que duelen; que provocan un malestar incomparable y en el medio, un poco a la derecha hay algo que me preocupa mucho… un espacio vacío del tamaño de una bellota; del tamaño de un recuerdo, del tamaño de un sentimiento que se perdió en medio del vació. Un pedazo que no encontré al buscar en medio del lodo en el que arrastraste y enterraste a patadas mi corazón y que tuve que recoger humillado.

Esa pieza de mi corazón se perdió para siempre y me da mucho miedo. Esa pieza de mi corazón parece ser la que conectaba mi corazón al de otros; parece ser la que me daba fe en la raza humana. Al parecer está perdida para siempre, al parecer está perdida sin remedio. Al parecer jamás la recuperaré.

¿Es que acaso el daño fue tan grande que no solo rompiste lo que teníamos, sino rompiste mi posibilidad de volver a sentir lo mismo por alguien más? ¿Será que alguien de verdad puede despojarte de tu amor y tu capacidad de amar al mismo tiempo? ¿Será esto el verdadero significado de la expresión “me arrancó el corazón”?

La pieza faltante deja un espacio vació por el que se cuela el aire frío a mi alma, deja un espacio vacío por el que se cuelan espíritus malintencionados; el espacio vacío tiene además un tamaño especifico, ni algo más grande ni algo más pequeño podrá rellenarlo.

Has dificultado aún más mi búsqueda del amor, has puesto un obstáculo más a mi corazón que aún no se siquiera si será posible superar.

domingo, 28 de abril de 2019

Seres necesitados de amor:


Somos seres necesitados de amor. Una generación triste que creció muy sola. Hijos de los dos padres trabajadores, pioneros de la generación de hijos únicos o de solo un hermano; hijos de la modernidad que nos condenó a buscar amor contra reloj.

Me levanto en la mañana y salgo corriendo al trabajo, no hay a quien decirle “adiós amor” al otro lado de la cama. Llego a la oficina y me saluda un montón de papeles sobre el escritorio. Nada más y nada menos. Hoy no he avisado a nadie que he llegado a mi destino -“¿a quien le importa?”- pienso dentro de mí mismo.

Entre la rutina comes mordiscos de moderna monotonía -“tienes un nuevo mensaje”- es de esa persona que te habla algunas veces, esa persona que sabes que solo quiere sexo fácil. -“hola, buenos días y buen inicio de semana”- dice alguien a quien te encantaría amar pero simplemente no te nace más que una amistad. -“¿Cómo has estado?”- dice la persona que sería perfecta pero que su único defecto es ya tener pareja. La conversación con la persona con quien hablabas todos los días se “empolva” en el fondo de la lista. Ya no hablas, ya no responde, desapareció su fotografía; solo queda el recuerdo de hace meses “si mi gordo, espero pronto poder ir a verte y estar contigo ahí” dice uno de los últimos mensajes y me pregunto si de verdad lo sentías… la conversación más real es con alguien con quien conectas pero parece ser en una sola vía, peor aun mas complicado con quien conectó contigo pero eres tu quien no corresponde y te complica. No hay tiempo para esto hay que volver a la rutina.

Reuniones, proyectos, éxitos y fracasos de la vida laboral de cada día, un almuerzo al microondas y esperar a que el reloj de las cinco con treinta minutos. El metro, la gente, muchas caras familiares, los que vamos y venimos los que pasan, los que miran, los que solo escuchan música intentando escapar de sus demonios y una que otra fantasía. Quizás alguien aquí es ese alguien con quien compartir la cena al llegar a casa y sentir que finalmente estas en casa.

El conserje, el elevador, la puerta y la cortina entreabierta. Fuera zapatos, fuera camisa, fuera pantalones y tirarse en la cama -“ya llegué mi amor”- escribiría -“necesitas que traiga algo?”- agregaría -“no hagas nada y salgamos a cenar”- es buena idea -“te amo y cuento los minutos para verte”- sería una hermosa conclusión para esta conversación imaginaria. 

Pero tú no estás aquí de ninguna forma… ni del intento, ni del flechazo, ni de la fantasía… ni de ese amor que se siente como fuego ni de ese que se construye poco a poco, ni de ese que quizás es más costumbre, ni de ese que juraste o te juraron algún día.

Son más de las diez y está la cama fría. No soy adicto al celular ni respondo conversaciones cuando no me da la gana. Publico una foto o dos sonriendo para que alguien diga -“lindo”- y suba mi autoestima; me quedo dormido esperando una noche de descanso. Abrazo mi almohada y espero el día que sigue a este.

Somos seres necesitados de amor. Una generación triste que creció muy sola… Hijos de los dos padres trabajadores, hijos de la generación de hijos únicos o de solo un hermano; hijos de la modernidad que nos condenó a buscar amor contra reloj y quererlo encontrar en cualquier cara y cualquier gesto; viviendo siempre con el miedo de que el amor esté ahí mismo y no verlo; viviendo con el miedo de que el amor no exista en realidad; viviendo solo con la triste certeza de que somos seres necesitados de amor.

lunes, 1 de abril de 2019

Me haces tanta falta


Hoy después de más de 5 meses de lo ocurrido me sentí profundamente triste, hoy después de más de 5 meses volví a escribir y parece que no ha pasado nada.

Es increíblemente duro aceptar que no me elegiste y que decidiste que nuestros caminos debían separarse después de que me pediste tú mismo que no me fuera nunca de tu vida… después de que me miraste a los ojos diciéndome que siempre estaríamos juntos… es increíble pensar que puedo decir ya “hace meses que no se de ti”… hace un par de días sin querer vi fotos “tuyas” no te ves muy feliz que digamos… no esa sonrisa autentica que tenías cuando estábamos juntos, no esos ojitos brillantes que me miraban profundamente.

El corazón dolió como esa tarde en que me enteré que te habías ido con el… esa tarde en que me di cuenta que era el final… que había perdido… que había apostado cada sentimiento, cada pensamiento, cada sueño, cada deseo de mi corazón a ti y había perdido… desde entonces no he sido el mismo, incluso hoy cuando por fin me he animado a mirar a alguien a los ojos nuevamente siento miedo. Yo no era así, así me dejó todo esto.

Aunque siempre termino deseando tu felicidad estés en donde estés, estés con quien estés… siempre, siempre, siempre pienso en él hubiera… en lo que no fue… en lo que nunca será… en ese punto en el tiempo en que me quedé atrapado… me perdí a mi mismo y no sé cómo encontrarme.

Me haces tanta falta….

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