Maldita
tristeza que te aísla, que no te deja ver que quizás somos la última esperanza
el último del otro.
Maldita
tristeza que no me permite contestar el teléfono a mi mejor amiga por que no
podría explicarle a ciencia cierta porque estoy llorando un domingo a las siete
de la noche solo entre mis luces.
Maldita
tristeza que me impide olvidarte del todo y siempre vuelves a mi cabeza y mi
corazón haciéndome llorar desde lo más profundo de mi alma al darme cuenta que
el tiempo no se puede echar atrás.
Maldita
tristeza que me hace creer que si tomáramos uno la mano del otro podríamos
salir de estar juntos construyendo algo hermoso; la misma que te hace creer a
ti que tomarnos de las manos podría ser el peor desastre para ambos.
Maldita
tristeza que me hace no poder escuchar las canciones que oíamos juntos.
Maldita
tristeza que me hace odiarte por razones que no entiendo muy bien… quizás las
mismas razones no muy claras por las que creí amarte alguna vez.
Maldita
tristeza que es el único vestigio de que aun siento algo.