El verano me hizo sentir demasiado agobiado, el calor y las ganas de quitarme la ropa, la humedad y la necesidad de migrar a tierras lejanas, la imposibilidad de ver que en esta vida todo son ciclos, que los ciclos se cierran y no se puede caminar en círculos cuando se quiere avanzar, la necesidad de saber que había algo mas allá del horizonte explosión de sentimientos, calor en el cuerpo.
El otoño secó las hojas y con esporádicas tormentas desojó los arboles de mi arboleda; secos parajes con aspecto triste, con aspecto muerto en los que el agua y los vientos barrieron todo aquello que no se afirmó, todo aquello que no quedo en pie fue arrasado; sentimientos de devastación, una mezcla extraña de vida y muerte, una promesa de un mejor mañana oculta detrás de una sensación profunda de desesperanza, pero así es la vida y no se puede tapar el sol con un dedo, las cosas que no están bien cimentadas se vuelan al primer ventarrón.
El invierno puede ser muy cruel en estas tierras, el frío cala profundo, mi corazón no encuentra consuelo, pero lo busca desesperadamente, el final parece cerca ¿que sentido tiene ya tanta miseria? tengo que reconocer que la primavera se me fue y que es muy probable que la esperanza de un mejor mañana sea solo algo a lo que me aferro para no morir de tristeza... es posible que mis sueños se los llevó el viento, que mis bases son las equivocadas y que ahora solo queda el fin ¿porque no pude ser un poco mas normal? ¿Porque soñar con cosas que parecen simples pero que son tan complicadas? ¿ojala hubiera sido uno mas en un estado mas aletargado y despreocupado tal vez así me habría conservado vivo, pero es tarde para echar atrás...
Pero hay una cosa que había olvidado, cuando un ciclo se acaba otro empieza, la vida no es solo un ciclo, sino un constante cumulo de ellos, algunos pequeños que terminan casi sin darnos cuenta que empezaron, otros importantes pero que no pasan la prueba del tiempo, otros por los que caminamos varias veces y creemos que perdemos el rumbo aunque en realidad sabemos que caminamos sobre nuestros propios pasos... Y alguno de estos ciclos tiene que ser el ciclo eterno, ese que no nos alcance la vida para caminar de la mano, ese en el que no nos alcance la vida para caminar la primavera... “¡Como me gustaría creer!” “¡como me gustaría encontrar al que piense como yo!” murmuré en el fondo de la oscuridad.
En lo profundo del abismo noté algo extraño... Creí que era el final por el hecho de sentir cerrados todos mis ciclos, aprendidas mis lecciones y cometidos mis errores... Pero olfateé un campo fresco, flores; escuché agua correr y pájaros cantar, el sonido del viento entre las hojas de frondosos arboles. Mis ojos se abrieron y quede enceguecido con la luz de un sol resplandeciente, tu...
Después del invierno, del frío y el final de un ciclo, siempre nos espera otro, las personas que buscamos lo mismo en algún momento debemos estar destinadas a encontrarnos, es así, creo en ello. Quiero sentir el calor del sol sobre mí, el viento refrescante, el agua transparente... Entender que después de un crudo invierno siempre esta la primavera, entender que después de la noche llega el día, siempre.
No puede ser coincidencia, no puede ser casualidad, este mundo no puede ser tan sinsentido, no puede estar tan vacío, no valdría la pena vivir sin ti mi eterna primavera, por que puedo sembrar flores en tus caminos, borrar tristezas y cosechar alegrías, por que puedo darte plenitud y espontaneidad del canto de pájaros silvestres, por que puedo hacerte reir entre las situaciones mas tristes y ser tu sol, tu césped y tu arroyo; puedo ser tu viento fresco si tu aceptas ser el el mio; no importa que, no importa cuando, no importa donde, escaparemos mas allá del tiempo restrictivo, del espacio relativo y viviremos una nueva primavera, una eterna primavera.