Como el huevo que nunca eclosionó hoy me
hiciste pensar en el increíble potencial de nuestra historia que nunca fue. No
es que no me hubiera detenido a pensarlo antes, por supuesto que lo hice varias
veces; es solo que no lo hacía hace bastante tiempo.
En mi cabeza que odia la aburrida simplicidad
de la vida suelo construir historias alrededor de estos pequeños carbones, alrededor
de estas pequeñas piedras sin valor que pueden parecer poco mas que un estorbo,
pero que tienen el potencial para convertirse en un diamante si le aplicas la
presión necesaria, la presión de la imaginación.
Me gusta pensar que te asustaste al vislumbrar
la posibilidad de algo bueno, mágico, potencialmente serio y que te cambiaría
la vida así que ese día simplemente optaste por inventar una excusa estúpida para
desaparecer en el aire, por que a veces lo que te asusta es lo que mas quieres cuando
se hace más tangible, hoy fracasaste hasta en tus metas personales, no me
alegro pero me pregunto ¿siquiera te acordaras de mi?.
Debo decir que a veces siento pena de pensar en
el estado de dependencia en el que vives, la persona que te tiene obsesionado
no solo está con alguien más, ahora está con dos personas en una relación de
tres y la ves de cerca y me pregunto si siquiera el concepto del cuadrado amoroso
existe o si en estos años alguna vez ha sido un pentágono integrando tu a
alguien más quizás superaste esa etapa y aprendiste a verlo como un buen amigo,
ambos tu y yo sabemos que es imposible.
Quiero también disculparme, era muy nuevo en
esto y me deslumbré… pensé que podía y no pude, pensé que quería y no quise,
pensé que era el comienzo de algo y era el final… pensé que tenía una oportunidad
genuina en mis manos y se convirtió en una trampa de la que logré escapar,
aunque te lastimé en mi huida, no pude seguir con el complejo de enfermera, no
pude repetirme por enésima vez “yo lo voy a curar” porque es imposible hacerlo
cuando uno mismo a veces no es capaz de sanar sus propias heridas. Me aterra
ver que el tiempo se congeló para ti… y que hoy estas exactamente igual; me
confirma que fue la decisión correcta, pero me llena también de una profunda
lastima.
Aprendí mucho de responsabilidad afectiva para
ser mucho mejor hoy, pero también aprendí de traición; de la realidad de que la
escala de valores es personal y no puedes esperar de los demás lo mismo que tu
das… que siempre habrá por ahí cosas que casi fueron, cosas que no pudieron
ser, que el consuelo de “por algo no era para ti” solo es una excusa tonta mas
para explicar tantas situaciones insipientes en la vida, tantos ciclos que
quedan sin cerrar lo quieras o no, tantas cosas que simplemente hay que
recordar por un segundo, reírse o pegar una carcajada al viento por lo patéticas
que se ven a la distancia y aprender… eso es lo más importante y la verdadera
moraleja de estas fabulas aburridas, de estos cuentos inconclusos… aprender,
siempre aprender de las insipientes e intrigantes cosas que pudieron ser.
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