Recuerdo cómo me partió en dos el final de esa película. Recuerdo claramente que me vi reflejado en ella de una manera que nunca creí que me reflejaría, ¿la recuerdas? sí esa que fuimos a ver juntos a una función que terminaba pasada media noche. Regresamos a casa e hicimos el amor como siempre antes de quedar rendidos y dormir toda la noche.
Así se sienten varios momentos de mi vida, divididos en dos cuando algo pasa, cuando algo cambia, cuando algo nace o muere o deja de ser lo que era, siempre volteo a mi lado, al lado y un poco abajo para ser exactos, y te busco para poder hablarte, contarte, mirarte y te veo y veo el vacío, y mi vida se divide en dos; en una vida te hablo, compartimos y vivimos cada momento y… en la otra no estás.
No es fácil de explicar… hasta aquí es como si hubiera subido con una cadena hasta la parte mas alta de la montaña rusa… ¿Estas aquí arriba conmigo? Si aun no, relee desde el principio amor… ahora empieza la cuesta abajo y la sensación de presión de descender al vacío.
“A pesar de todo, a pesar de lo que habíamos pasado y gracias a eso al mismo tiempo; esa fría noche al mirarlo en el tren te bajaste conmigo, corrimos en la noche por la ciudad, llorando felices y tristes y con miedo, pero con esperanza; sin saber que hacer llegamos a casa, ambos lo comprendieron todo con dolor, pero dándose cuenta que después de tanto, debía haber algo que definitivamente era mas fuerte y después de la tormenta llegó la calma, no había nada que perder. De ahi en adelante el mundo se llenó de color, casi sin problemas, recordando siempre que el maravilloso lazo que nos une es lo mas fuerte y es lo más importante. ¡Claro que discutimos! Pero terminamos siempre riendo y haciendo el amor, ambos con pijamas de panda, tomando chocolate caliente y jugando juegos, ambos en las buenas y en las malas, ambos en la salud y en la enfermedad, ambos habiendo logrado nuestro último y mas grande sueño, una familia. Ambos sabiendo que el otro siempre estaba ahi, después de un día agotador con una sopa, con un beso, con un masaje o una ducha tibia.
No tardé mucho en pedirte que te casaras conmigo, en una rodilla con un par de argollas simples dijiste “si”. Mi familia viajó y la tuya lloró, te veías hermoso en ese traje negro y ese corbatín te hacía ver aun mas tierno y mirando tus ojos claros como dos luceros, viéndome reflejado en los ojos que me hacen soñar; dijimos que si y nos celebraron y nos celebramos y nos mudamos de casa, nos afianzamos en nuestros trabajos y construimos una vida y planes, y metas y sueños y por primera vez en la vida nos sentimos parte de una familia… NUESTRA familia, no importa lo que pasé siempre estoy ahi para ti, no importa lo que pase siempre estas ahi para mi y cada día al despertar miramos al otro dormir y encontramos que la vida es perfecta, ese pedazo de cielo nuestro se llama “felicidad”. ¿quien podría creer que estamos a pocos días de cumplir 3 años de haber unido nuestras vidas?…"
Solo que todo esto nunca ocurrió… y cada mañana me despierto y extiendo mi mano a un lado de la cama y saludo al vacío, el corazón se aprieta, los ojos se llenan de lagrimas… ahi deberías estar tu… ahi solo está el recordatorio de que mi felicidad estuvo todo el tiempo en tus ojos y por mis multiples errores la perdí…
Golpeo el cristal, para salir de esta realidad, lloro hasta quedar agotado, grito hasta quedar afónico…
Mi vida se separó en dos… el sueño y la realidad…
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