No hay día que no piense en ti.
Mi anhelada historia de amor que se me escapo como agua entre los dedos, mi pequeño pedazo de cielo y de infierno, mis ojos grandes llenos de amor y devoción.
Algunos días pienso en ti.
Me hubiera gustado que hubieras sido capaz de valorar lo que teníamos y esforzarte un poco mas, vivir a la altura de la promesa "voy a estar contigo en las buenas y en las malas" no tener esta sensación de que solo eran palabras.
No hay día que no piense en ti.
Que no repase algún capitulo de nuestra bella y enfermiza historia, que cosa algún parche sobre un mal recuerdo, que enmiende alguna costura rota; que adorne con flores y luces un pasaje marchito y oscuro.
Algunos días pienso en ti.
Es justo decirte que me dejaste aun mas triste y roto que como me encontraste. Con tu ego enorme lograste convencerme de ser capaz de arreglarlo todo casi por arte de magia y solo terminaste siendo un cáncer mas incapaz de ver las necesidades de otro sin importar si es el corazón que está a tu lado.
No hay día que no piense en ti.
Sumido en la desesperanza de tu adiós desde hace años, reviviendo los últimos días de mi infierno, pensando que habría podido hacer para que fuera diferente; lamentándome por el final de la historia que se supone nunca acabaría.
Algunos días pienso en ti.
No sé por qué me dejé convencer. Pero volví a sentir, volví a vivir, hice planes y estuve ahí firme y fiel a la promesa de estar y de ser y pagué el precio una vez más.
De dos patéticos egos de dos patéticos seres incapaces de amarse mas que a si mismos sin opción a empatizar y sin opción a no romper un corazón que les entregó un amor como el que jamás habían tenido y como el que jamás volverán a tener.
Que ambos vuelen y sean exorcizados de mi alma es mi mayor deseo.
Pero uno pienso todos los días y en el otro algunos.
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